De la creación divina... gloria

En una húmeda y fría habitación de pensión, en una mañana calurosa de verano luego de esa famosa noche de verano… esa noche, no otra… Egon el de los cazafantasmas estaba debatiendo firmemente en una mesa junto a Dios, el Pastor Jiménez, el Turco García y Panam un tema por demás existencial: la ausencia de ballenitas en las camisas contemporáneas.
El debate se continuó durante largas y exhaustivas horas, y siendo verano les agarró calor, lo que los hizo tomarse un descanso para tomarse algo. Se tomaron la presión, tomaron distancia, tomaron conciencia, tomaron caipirinha, vodka, ginebra, y les agarró más calor. Después tomaron sus manos, las estrecharon, las entrelazaron y se fumaron la campera de Pocho la Pantera. Del ojete quedaron todos, salvo Panam que pareciera que siempre estuvo del ojete y los estupefacientes no le hacen efecto. De semejante locura existencial, y ya llorando por la extinción de la ballenita, deciden formalizar su enojo y hacen –como Oliverio Girando- una invitación al vómito: “junta tus manos, agárrate fuerte la sien, cúbrete el rostro, vomita, si vomita. Vierte sobre el suelo pedazos esdrújulos de iniquidad castrada por la ausencia, trozos de vacío de estómago, de llanto nauseabundo, la inocencia del sudor de la joven, el desgaste de la inhóspita angustia de pez recién pescado, vomita…” y se echaron un bruto defeco bucal colectivo que duró una semana y media. Entonces la verdad de la creación es que duró más de siete días, duró once… bah, diez y medio en realidad pero se redondeó a once como licencia poética.
Nace así el mundo, con sus maravillas y sus “no tanto”, nace el hombre, la mujer, el hijo, el vecino, el castor y la nutria, el zorrino chino, y el oso panda fumador de piedra pómez, entre otros… también nacen las totoras, los ficus, los cactus y las cañas para que maten la gula los osos pandas después de la ingesta de piedra pómez. Nace el orégano, el cartón corrugado, el termo Lumilagro, Pipo Chipolatti, el fulbo, las tangas y los de la tanga… También salen del vómito las enfermedades como la conjuntivitis, la seborrea, la caspa, los hongos de las patas… y la frutilla… que asco. Si hay algo de lo que estoy seguro que salió la frutilla es de ese vómito germinal.
Pero vuelvo a la historia.
Creado ya el universo, la vía láctea, el sistema solar, los planetas y el nuestro surgen también las preguntas existenciales. Y ahí el verdadero problema. La gente recién creada empieza a preguntarse por su existencia. Que quiénes son, que por qué están en el mundo, y por qué la Sibarita es tan rica. Como justificación de todo eso, Egon y el resto deciden crear la religión, tantas al antojo de la gente para que respondan absolutamente todo: el por qué de la Sibarita, de el existencialismo mismo, el por qué la galleta de agua no es líquida, el por qué de las cajas de pizzas cuadradas siendo estas últimas redondas, y el por qué de la ballenita…
Té en.-